¿Un original?
Por Daniel Solano
Para nadie es nuevo el descargar imágenes
o archivos de cualquier página de internet, así también muchos diseñadores
ilustradores pintores o simples amantes del arte comparten a veces sus
trabajos, e igual sucede con los textos, cuentos o relatos que llevamos a veces
en un blog. Tampoco nadie ignora que el descargar una imagen de la Mona Lisa,
no es tener el original, sabiendo que este sigue colgado en el Louvre.
Pero ¿Qué pasa con el que tomó la fotografía
de la Mona Lisa? ¿Qué pasa con el escritor, o con el ilustrador o artista
digital detrás de esos trabajos? El fotógrafo, el escritor, el artista, todos
merecen crédito por su trabajo; como mínimo su nombre indicando la autoría si
es que los usamos en algún lado.
El mundo digital actual nos tiene
sumergidos en una serie de productos, de alguna forma inexistentes, no existen
en el mundo físico que nos rodea, existen solo como datos informáticos que se
albergan en una computadora u ordenador, en los dispositivos móviles que usamos
a diario o en una página en internet.
Si copiamos un archivo, por ejemplo una fotografía
o una ilustración digital, estamos copiando la información. Esa información se
usa para recrear lo que vemos en las pantallas.
El concepto de "original", o
los derechos de autor, esta desde hace mucho tiempo muy por abajo del respeto
popular. Todos sabemos lo que piensan las enormes productoras musicales, o los
estudios cinematográficos al respecto, obviamente, detrás de cada uno de sus
productos hay miles y hasta millones de dólares o euros invertidos y tienen
todo un sistema de distribución en el cual cada pequeña parte de este sistema
gana algo en su venta. Claro también son productos hechos para la venta
Pero, si soy un simple diseñador,
ilustrador, fotógrafo o escritor que gusta de subir sus trabajos a la web con
el fin de compartirlos ¿Qué detiene al espectador que le ha gustado este
producto, de dar el crédito necesario? O ¿Cómo poder testificar que nuestro
archivo es el original, si alguien más tiene uno exactamente igual en una
memoria portátil?
La respuesta, me parece a mí es, el
sentido de la honradez; cosa difícil de mantener cuando estamos sumergidos en
un mundo de redes sociales, donde una de sus principales herramientas para
ganar adeptos y seguidores es poder compartir archivos, sean propios o no.
Mientras tanto nos quedan otras opciones
para protegernos en caso de sufrir plagios.
Las más simples son, en el caso de los fotógrafos, diseñadores, ilustradores o en general los que trabajen con imagenes, la respuesta es mantener el archivo crudo para sí y solo subir imágenes un poco más pequeñas o retocadas o editadas. Usualmente trabajamos en programas que nos permiten realizar el producto en capas o layers, entonces aparte de las medidas ya mencionadas, no sobra decir que, subir archivos comprimidos en una sola capa (o flat) es ideal.
Pero el principal medio, me parece a mi es la "metadata", esta es información sobre el contenido, es como dejar el guión de una obra de teatro con todas las anotaciones y comentarios hechos por el autor, pegado detrás del telón del teatro.
Los diferentes programas con los que laboramos nos permiten llenar este guión tras el telón con información sobre quien como y donde, además de un montón de datos más, si es el caso. Se puede incluir comentarios de texto y hasta comentarios de audio en muchos casos.
Esta información también es sencible en lo que a contenido de pagínas web, motores de busqueda, programas de visualización de datos y mucho más, no solo para imagenes o simples documentos de texto
Las peliculas en formato digital y producciónes musicales, tienen incluida esta información como un medio de protección sobre los derechos de autoría; al punto de que el uso de metadata es usado más y más en cortes legales al rededor del mundo con dicho fin.
Para los usuarios de word acá les dejo un link sobre como actualizar y limpiar en el caso de no querer cierta información personal sensible en sus archivos.
Una ventaja que tienen tanto escritores como artistas visuales es cuando, son trabajos fueron anteriormente reproducidos en diversos medios, como periódicos, revistas o libros, ya que dichas empresas o casas de publicación cuentan con los medios para la protección del derecho intelectual.
Las más simples son, en el caso de los fotógrafos, diseñadores, ilustradores o en general los que trabajen con imagenes, la respuesta es mantener el archivo crudo para sí y solo subir imágenes un poco más pequeñas o retocadas o editadas. Usualmente trabajamos en programas que nos permiten realizar el producto en capas o layers, entonces aparte de las medidas ya mencionadas, no sobra decir que, subir archivos comprimidos en una sola capa (o flat) es ideal.
Pero el principal medio, me parece a mi es la "metadata", esta es información sobre el contenido, es como dejar el guión de una obra de teatro con todas las anotaciones y comentarios hechos por el autor, pegado detrás del telón del teatro.
Los diferentes programas con los que laboramos nos permiten llenar este guión tras el telón con información sobre quien como y donde, además de un montón de datos más, si es el caso. Se puede incluir comentarios de texto y hasta comentarios de audio en muchos casos.
Esta es por ejemplo la ventana para ingresar metadata en Adobe Photoshop |
Esta información también es sencible en lo que a contenido de pagínas web, motores de busqueda, programas de visualización de datos y mucho más, no solo para imagenes o simples documentos de texto
Las peliculas en formato digital y producciónes musicales, tienen incluida esta información como un medio de protección sobre los derechos de autoría; al punto de que el uso de metadata es usado más y más en cortes legales al rededor del mundo con dicho fin.
Para los usuarios de word acá les dejo un link sobre como actualizar y limpiar en el caso de no querer cierta información personal sensible en sus archivos.
Una ventaja que tienen tanto escritores como artistas visuales es cuando, son trabajos fueron anteriormente reproducidos en diversos medios, como periódicos, revistas o libros, ya que dichas empresas o casas de publicación cuentan con los medios para la protección del derecho intelectual.
Sea cual sea el caso lo mejor es
consultar o asesorarse sobre las leyes locales
de derecho intelectual en cada país ante la falta de una mejor
regulación internacional y personalizada que nos asegure nuestro derecho.
No nos queda otra opción que ser un poco
mezquinos a veces, en la presentación de nuestro trabajo y esperar que dentro de la
cultura y moral pública, el respeto siga ganando adeptos, así como nosotros
queremos seguir ganando adeptos a nuestro trabajo.
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