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viernes, 20 de julio de 2012

¿Un original?



¿Un original?

Por Daniel Solano

Para nadie es nuevo el descargar imágenes o archivos de cualquier página de internet, así también muchos diseñadores ilustradores pintores o simples amantes del arte comparten a veces sus trabajos, e igual sucede con los textos, cuentos o relatos que llevamos a veces en un blog. Tampoco nadie ignora que el descargar una imagen de la Mona Lisa, no es tener el original, sabiendo que este sigue colgado en el Louvre.

Pero ¿Qué pasa con el que tomó la fotografía de la Mona Lisa? ¿Qué pasa con el escritor, o con el ilustrador o artista digital detrás de esos trabajos? El fotógrafo, el escritor, el artista, todos merecen crédito por su trabajo; como mínimo su nombre indicando la autoría si es que los usamos en algún lado.

El mundo digital actual nos tiene sumergidos en una serie de productos, de alguna forma inexistentes, no existen en el mundo físico que nos rodea, existen solo como datos informáticos que se albergan en una computadora u ordenador, en los dispositivos móviles que usamos a diario o en una página en internet.

Si copiamos un archivo, por ejemplo una fotografía o una ilustración digital, estamos copiando la información. Esa información se usa para recrear lo que vemos en las pantallas.

El concepto de "original", o los derechos de autor, esta desde hace mucho tiempo muy por abajo del respeto popular. Todos sabemos lo que piensan las enormes productoras musicales, o los estudios cinematográficos al respecto, obviamente, detrás de cada uno de sus productos hay miles y hasta millones de dólares o euros invertidos y tienen todo un sistema de distribución en el cual cada pequeña parte de este sistema gana algo en su venta. Claro también son productos hechos para la venta

Pero, si soy un simple diseñador, ilustrador, fotógrafo o escritor que gusta de subir sus trabajos a la web con el fin de compartirlos ¿Qué detiene al espectador que le ha gustado este producto, de dar el crédito necesario? O ¿Cómo poder testificar que nuestro archivo es el original, si alguien más tiene uno exactamente igual en una memoria portátil?

La respuesta, me parece a mí es, el sentido de la honradez; cosa difícil de mantener cuando estamos sumergidos en un mundo de redes sociales, donde una de sus principales herramientas para ganar adeptos y seguidores es poder compartir archivos, sean propios o no.

Mientras tanto nos quedan otras opciones para protegernos en caso de sufrir plagios.


Las más simples son, en el caso de los fotógrafos, diseñadores, ilustradores o en general los que trabajen con imagenes, la respuesta es mantener el archivo crudo para sí y solo subir imágenes un poco más pequeñas o retocadas o editadas. Usualmente trabajamos en programas que nos permiten realizar el producto en capas o layers, entonces aparte de las medidas ya mencionadas, no sobra decir que, subir archivos comprimidos en una sola capa (o flat) es ideal.


Pero el principal medio, me parece a mi es la "metadata", esta es información sobre el contenido, es como dejar el guión de una obra de teatro con todas las anotaciones y comentarios hechos por el autor, pegado detrás del telón del teatro. 


Los diferentes programas con los que laboramos nos permiten llenar este guión tras el telón con información sobre quien como y donde, además de un montón de datos más, si es el caso. Se puede incluir comentarios de texto y hasta comentarios de audio en muchos casos. 
Esta es por ejemplo la ventana para ingresar
metadata en Adobe Photoshop



Esta información también es sencible en lo que a contenido de pagínas web, motores de busqueda, programas de visualización de datos y mucho más, no solo para imagenes o simples documentos de texto


Las peliculas en formato digital y producciónes musicales, tienen incluida esta información como un medio de protección sobre los derechos de autoría; al punto de que el uso de metadata es usado más y más en cortes legales al rededor del mundo con dicho fin.


Para los usuarios de word acá les dejo un link sobre como actualizar y limpiar en el caso de no querer cierta información personal sensible en sus archivos.


Una ventaja que tienen tanto escritores como artistas visuales es cuando, son trabajos fueron anteriormente reproducidos en diversos medios, como periódicos, revistas o libros, ya que dichas empresas o casas de publicación cuentan con los medios para la protección del derecho intelectual. 

Sea cual sea el caso lo mejor es consultar o asesorarse sobre las leyes locales  de derecho intelectual en cada país ante la falta de una mejor regulación internacional y personalizada que nos asegure nuestro derecho.

No nos queda otra opción que ser un poco mezquinos a veces, en la presentación de nuestro trabajo y esperar que dentro de la cultura y moral pública, el respeto siga ganando adeptos, así como nosotros queremos seguir ganando adeptos a nuestro trabajo.

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