Ambigüedad: una tentación adictiva

Ambigüedad: una tentación adictiva

Por: Marco Hernández

Two Faced - Marcin Bondarowicz

Hace unos días observé la imagen anterior y me causó un efecto visual repulsivo, mis ojos no querían enfocarla más y  hasta me dolía intentar verla, pero a su vez, me interesó, mi mente decía "anda… dale otro vistazo", hay algo en estas imágenes que nos cautivan. Esto me llevó a analizar que es común que este tipo de imágenes capten nuestra atención, y es simplemente por nuestra naturaleza visual. Siendo este un espacio de "naturaleza visual" decidí buscar sobre el tema y su aplicación para compartir con ustedes el resultado por mera curiosidad.

Jacques Bouveresse en su libro titulado "Wittgenstein y la estética" coloca una frase que me pareció muy apropiada para el tema:

No hay nada más natural y más tentador que descomponer lo que percibo...

Es que en realidad nos resulta muy atractivo descomponer lo que vemos, nuestra naturaleza demanda que lo que vemos debe ser clasificado, analizado y almacenado. Cada imagen que decodificamos es filtrada por la cultura en la que vivimos, pero su esencia supera esa barrera gracias a la búsqueda que realiza nuestro cerebro en la memoria para recuperar imágenes de experiencias previas, pero veámoslo de forma visual en este ejemplo:

En el primer grupo interpretamos imágenes,
en segundos el cerebro las compara(grupo 2)
luego las asocia, decodifica y almacena (esquema 3)

Nuestro cerebro buscó un patrón, asoció las imágenes y aunque quizá no comprendemos el significado de algunas formas de inmediato concluimos que todas las imágenes son lo mismo, así almacenamos esta información y posteriormente seremos capaces de recordar que fue lo que vimos y que significaba, todo muy bien asta acá, pero que pasa cuando nuestros ojos nos engañan, nuestro subconsciente sabe que hay algo más ahí, es acá donde se pone interesante el asunto, porque la tentación de descomponer entra en juego.

Ambigüedad de fondo-figura

Estas son imágenes que nos muestran en un plano distintas versiones de una misma composición, aprovecha la función natural de nuestro sistema visual para agrupar objetos "similares" y tener un panorama general de la imagen, cualquier elemento próximo en espacio, forma o color se agrupa guiándose por el contorno.
Cuando cambiamos la atención del contorno se revelan las distintas percepciones de la imagen. 

Wolverine o Batman?, Ilustración de Olly Moss

Arriba "el vaso" de Edgar Rubin, en la parte inferior a la izquierda
"La calavera y las mujeres" a la derecha "El asno y las mujeres" 

El vinculo para que estas imágenes se puedan decodificar es simple, juega con dos funciones del cerebro: la primera es la función natural de visualizar agrupando, la segunda es la información previa que debe haber almacenado el sujeto, por ejemplo, en la imagen de Olly Moss el sujeto debe conocer los personajes de Batman y Wolverine, en el caso de el vaso de Rubin, debemos tener imágenes almacenadas de vasos, copas y perfiles humanos, para las demás imágenes debemos tener en nuestra memoria imágenes de calaveras, mujeres y asnos. Si no conocemos nada de esto sería imposible que nuestro subconsciente interpretara que has más información.

Ambigüedad de profundidad

Nuestra percepción de las tridimensionalidad depende de las referencias que nos comprueben el estado de los objetos, nuestros ojos comprenden que algo está en x perspectiva porque su entorno así lo sugiere, pero si no existe entorno nuestro cerebro es capaz de alterar el orden de esa percepción manteniendo la forma lógica.

Ya que no hay ninguna referencia de orden en el entorno,
al observar esta imagen podemos cambiar su profundidad a voluntad. 

Las escaleras de Escher, en esta obra las referencias del espacio cambian
por lo que nuestros ojos interpretan planos distintos en sectores específicos. 

Ilustración isométrico de MECO para Vostu video games. Nuestra óptica puede convertir unas cuantas líneas y tonalidades de color
en un plano en un objeto tridimensional, todo, sin ni siquiera darnos cuenta
que lo que estamos viendo es solo un plano bidimensional.

Ambigüedad en rotación

La forma natural en que leemos (de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo) dominó a nuestro sistema visual parametrizádolo para interpretar las imágenes en el sentido más lógico (de arriba hacia abajo), en el camino de ese orden estandarizamos la información para hacer una imagen general en un solo golpe de vista, pero, al igual que en el ejemplo de la agrupación del fondo-figura, nuestro método de percepción omite cierta información para interpretarlo según sus registros de memoria.

Esta es la misma imagen virada, nótese que en la imagen de la izquierda
 los errores son casi imperceptibles, mientras que a la derecha son mucho más evidentes. 

Un león… o un hamster?

Ambigüedad en patrones

Estamos rodeados de todo tipo de patrones, en nuestra ropa, en los pisos, en alfombras, y otras tantas formas comunes, nuestra mente se ha entrenado para reconocer ritmos y modulaciones que se reiteran. Es así que en las ansias de nuestra mente por comprender rápidamente que observamos, que nuestro sistema visual interpreta la teselación como un grupo de elementos homogéneos en cierta forma, pero dentro de estas también pueden existir otras variables que nos llegan de forma sutil al subconsciente.

A la derecha un patrón modular, este se vincula con imágenes preconcebidas, si alguna vez usted ha visto un perro, probablemente reconozca perros que van en dos direcciones. A su vez a la izquierda, un diseño de de contraste obra de Escher, nuestros ojos interpretan los patos blancos primero, luego el foco de la imagen se invierte al observarla por unos segundos y logramos centrar nuestra atención en los patos azules.

Diseño anamórfico

Este es otro elemento interesante, si bien no es una forma dentro de otra (ambigua) si involucra la óptica y la forma en la que vemos las cosas, es un principio simple de perspectiva.

Cada forma que percibimos en el mundo real posee proporciones que almacenamos automáticamente para identificar un objeto "x", no obstante, el mismo objeto puede sufrir variaciones de proporción, dependiendo del ángulo en el que se aprecie, se modificará la proporción del objeto, la anamorfósis utiliza ese juego óptico distorsionando las imágenes.

En principio el objeto sigue siendo un círculo,
solo cambio la perspectiva ocasionando que veamos una elipse.

Quedaría más claro con un ejemplo un poco más concreto del popular anamofísmo en las calles:

Ejercito de terracota de lego, Festival Chalk,
artistas Leon Keer, Rubén Poncia, Remko van Schaik y Peter Westerink.

En la práctica

La ambigüedad es un espacio que ofrece grandes posibilidades al campo de trabajo visual, si queremos cautivar con nuestras imagenes, en definitiva es una vía que, trabajada correctamente, nos dará resultados muy interesantes. Algunas obras de diseñadores que incursionaron exitosamente en este campo:

Un experimento de ambigüedad
de un estudiante de diseño, Tyler Somers.

Todos realmente trabajos muy buenos,
lamentablemente no he podido identificar a los diseñadores.

En definitiva, nuestra mente es una maravilla, nuestros ojos pueden transformar unas cuantas líneas en un objeto tridimensional, formas abstractas en elementos complejos, representaciones básicas en mensajes integrales… todo está a la mano de una iniciativa creativa, estas técnicas requieren seguir principios para poder romper las reglas, y eso al final será lo impresionante.